27.02.2009
La Vanguardia
Entrevista · Thierry Henry
El jugador del F.C. Barcelona atraviesa por su mejor momento desde su llegada el año pasado al equipo de Pep Guardiola
Juan Bautista Martínez · Felip Vivanco - Barcelona.- A carcajada limpia, entre tanta tensión, entre tanto partido, Thierry Henry (17/ VIII/ 1977) sonríe, degusta su mejor momento desde que llegó hace año y medio al Barça y reflexiona sobre lo mucho que le ha costado llegar hasta aquí. Autor esta temporada de goles fundamentales, como el del empate ante el Lyon el pasado martes, el delantero francés fue fiel a su tradición y ayer departió casi una hora con La Vanguardia durante la que desgranó sus sensaciones de cara a la Liga y a la Champions y en la que analizó los secretos del nuevo Barça y los detalles para seguir adelante. Titi no es optimista ni pesimista, simplemente está preparado para luchar. "Este equipo - afirma rotundo-no va a rendirse".
El próximo partido de Liga ante el Atlético es una gran oportunidad para demostrar que no han perdido el rumbo Contra ellos nunca es fácil. Además el Madrid juega antes y si gana es un poco más de presión. El año pasado era al revés. Todavía estamos en una buena posición. La Liga hay que ganarla en todos los campos. Es un partido clave, pero el siguiente, también.
¿El domingo, volver a jugar bien sería la respuesta ideal, un golpe psicológico al Madrid? Si podemos hacer algo en el Calderón, ya no digo jugar bien, ya lo firmo. De verdad que es mejor jugar bien, porque disfrutas, pero ganar es lo más importante. Si ganamos, el resto me da igual.
¿El equipo es víctima de sus grandes actuaciones del inicio, de querer siempre jugar tan bien y tan rápido? Siempre hemos dicho que quedaba mucha Liga. Ante el Betis encajamos dos goles por falta de atención, pero en la segunda parte pudimos ganar. Luego, contra el Espanyol, y no quiero hablar del árbitro, cuando llego a casa y veo la roja a Keita... hay que callarse, el árbitro es el jefe, pero el partido ha cambiado un poquito. No porque juegues con diez tienes que perder, no busco excusas, pero cambia el partido. Y el tercero, un partido de Champions fuera siempre es difícil. Empatamos con un gol que no es típico del Barça, pero bueno...
Usted bromeaba diciendo que su cabeza la tenía para pensar, no para rematar... Eso era antes (risas). Vamos a ver si ese gol es importante para la vuelta. Si realmente es decisivo. A veces, en los partidos no te salen las cosas bien, pero tienes que persistir y persistir.
A usted no le estaban saliendo las cosas muy bien en Lyon. Ni a mí ni a casi ningún compañero. Aparte de la ocasión de Samu al poste... Hay partidos en que todo te sale y nosotros hemos tenido muchos partidos así, pero a veces no sale. La diferencia de este Barça es que cuando la cosa no marcha no se rinde. Nosotros no nos rendimos nunca. Siempre hay que salir del campo con algo.
En el gol contra los franceses casi se rompe la cabeza... Esquivé el poste como pude. Bastante rara tengo ya la frente como para darme con el palo. Lo que no sabía es que he superado a Eusebio (la leyenda del Benfica) en la clasificación de máximos goleadores en Europa. Es cierto que en aquella época, los marcadores eran más abultados, pero también es cierto que se jugaban muchos menos partidos. Si el gol es importante, eso es lo mejor.
Precisamente, este año usted se está destapando con más goles y más decisivos. Sí, el año pasado las cosas fueron como fueron. Algo de razón hay en eso. Durante años, con el Arsenal, me pasaba que no jugaba bien, pero sabía que tenía que hacer algo. Tenemos una plantilla en la que muchas más veces decide Samuel, o Leo, o yo, pero también Piqué, Xavi, Bojan... Este año hemos perdido el derbi y parece que nuestro Barça vaya...
¿A la deriva? También se ha hablado de que empiezan a estar menos frescos... La gente decía que sí estábamos cansados, pero no es fatiga. A veces el fútbol se juega con dos equipos, el Lyon ha ganado siete ligas seguidas. Mucho ojo con ellos. Sí, ya sé que, en teoría, no tienen pedigrí en Europa, pero Makoun, Toulalan, Boumsong, Lloris, Mensah, Benzema... son un equipo de internacionales. El Madrid ha ido ahí varias veces y ha perdido. Además, con Juninho, entras en el partido, falta y gol. A ellos les ayudó mucho al principio. Repito, cuando el partido no va, tienes que hacer algo. La diferencia con el año pasado, creo, es que el partido del Lyon, el del Betis, el del Racing, el del Osasuna, los perdíamos. Se puede perder, pero nunca regalar el triunfo, que se lo gane el rival.
Cuando el partido no va, ¿en qué aspectos insiste más Guardiola? ¿Es enérgico? Él habla de volver al principio, a la base del juego, a jugar como equipo. Pero no se enfada por enfadarse, él es un ganador y en su cabeza está la idea de la victoria. No he tenido entrenadores que gusten de chillar. El míster se enfada, pero de una buena manera. Tiene una buena razón para ello, se le escucha, habla clarísimo. Su mensaje cala.
¿La derrota del Madrid en Champions puede afectarle? Creo que son torneos distintos. Eso sí, el Liverpool es un equipo con el que estás jugando, te da la sensación de que no pasa nada... y adiós. Te han ganado. No sé si es un equipo que hace peor al contrario, pero sí un equipo de copa, de eliminatoria.
Ni siquiera Messi puede marcar el gol de Messi en cada partido. Ahora se dice que lleva tres partidos regulares. Es normal. Si haces tres goles en cada partido y al próximo no juegas bien, ya es que... Leo es Leo, es un genio. Si uno no tiene calidad, es muy difícil entender a alguien que sí. Lo que hace no es normal. A todos los genios, los que juegan, los que pintan, a veces es difícil entenderlos.
¿Espera que todos los rivales jueguen duro a partir de ahora? ¿Cómo afrontar esos partidos ante un rival que recurre a las patadas y un árbitro que no saca tarjetas amarillas? De verdad que no he visto que el Espanyol pegase muchas patadas, he jugado ocho años en Inglaterra y allí sí que dan patadas. Aquí todavía no he visto nada. Aquí no se puede tocar a nadie, si no, tarjeta, tarjeta y tarjeta. En Copa contra el Atlético, en el Calderón, fue muy duro. A veces cuando salto para jugar de cabeza, el árbitro ya pita falta. Hombres como Alan Shearer no hubiesen podido venir aquí.
¿Qué es lo último que ha leído que le haya enseñado algo? Últimamente no he leído mucho, pero lo último que me impactó fue una autobiografía de Phil Jackson (técnico de la NBA). En ella explicaba como Michael Jordan metía 50 puntos y su equipo no ganaba. Pasó que cuando empezó a jugar para el equipo, Chicago empezó a ganar y Jordan se convirtió en el mejor jugador del mundo gracias a sus compañeros. Es una buena enseñanza.
Usted que tiene fama de ser un poco vinagres, ¿está en el momento más dulce desde que llegó a Barcelona? El equipo está jugando mejor, se disfruta más. Lo que pasa es que en el Tourmalet,como dicen los periodistas, he jugado bien, he marcado goles en partidos importantes y ha cambiado un poco la opinión sobre mí. Pero sin el equipo no se puede hacer. Eso sí, cuando el balón sale bien desde atrás y te dejan en uno contra uno, todo es más fácil que cuando lo recibes y tienes a tres defensores delante.
Pero tiene más confianza. Lo que ha pasado es que el año pasado fue una sucesión de circunstancias. Llegué lesionado, por mi culpa jugué, forcé y no debía. Volverme a ganar a la gente era difícil, no estábamos jugando bien, entender también el juego era difícil. Cambiar de sitio, aprender una nueva lengua también cuesta.
¿Le costó mucho adaptarse?Lo que pienso es esto: Catalunya no es España, es otra cosa y eso hay que sentirlo. El Barça es otra historia. Cuando llegas aquí del Arsenal te sorprende ver a tanta gente, es un shock. Hay que vivirlo para entenderlo. En Inglaterra es otra mentalidad. Cuando salí de allí después de ocho años, estaba asombrado, pero después de ocho meses, cuando ya no me dolía la espalda, tenía que volver a ganar confianza y ganarme a la gente.
¿Se siente ya querido?La verdad es que sí. El año pasado, en el estadio, tuvimos momentos muy duros, pero justos, porque no ganamos nada, no hicimos nada. Yo soy mi primer crítico. Fue duro aguantarlo. Este año, en el Tourmalet,la gente estaba más feliz.
Jugando en el Arsenal, ya era un símbolo para el Barça, lo siguió siendo tras la final de París y al llegar a Barcelona. Pero siempre se le cuestiona A mí me gusta que la gente me cuestione. Si yo me exijo, es normal que la gente también, el problema es cuando llegue un día en que ya no me cuestionen. La afición espera mucho de Leo, de Samu, de mí, de toda la plantilla. Mi vida ha sido siempre así. Mi padre me ha dicho toda la vida: "Tienes que dar más". Si he marcado tres goles, dos, uno o, simplemente, no he hecho nada, me dicen que por qué no he marcado cuatro o tres o dos o algo. Sí, me voy satisfecho a casa, sí, pero siempre con un interrogante.
Camino de cumplir los 32 años, ¿le gustaría acabar aquí su carrera? Claro que me gustaría. Lo digo siempre y a veces creo que no me escuchan. Me encanta la ciudad, estamos en febrero y qué sol. Por duro que fuese el año pasado, la gente, en la calle, siempre te animaba. Aquí se vive bien, se come bien. Estamos en uno de los tres o cuatro mejores clubs del mundo. Es normal que quiera acabar aquí. Llevar esta camiseta es un honor. Pero antes de entender la camiseta hay que entender el club, la ciudad. El año pasado esto me llegó muy tarde en la temporada: yo estaba en el hemisferio norte y el club en el hemisferio sur.
¿Cómo le gustaría ser recordado dentro de diez años?No sé, la carrera no es un año o dos, es una trayectoria de 15. Eso para mí es lo más importante. A veces te cuesta un año, pero al final la carrera es lo que vale para ganarse el respeto.
---------------
El afeitado, el tatuaje y el baloncesto
Henry entra en la cafetería de la ciudad deportiva afeitado (aunque no muy rasurado) por obligación contractual. Viste, de otro patrocinador, chándal y botas de baloncesto. Una de sus grandes pasiones. La primera vez que La Vanguardia se topó con Titi fue en Nueva York en el 2001 -"¡Oh!", exclama-, cuando el entonces jugador del Arsenal se iba a Filadelfia invitado por Allen Iverson. "Mi primer equipo fueron los Bulls; Iverson me gusta más como personaje que como jugador, y soy amigo de Tony Parker, Ronny Turiaf y Steve Nash". Henry desmiente que esté interesado en invertir en un equipo francés de baloncesto, pero no niega que tenga proyectos de futuro con Parker. "No puedo decir nada", se escabulle. Más reacio a hablar de cosas privadas, Henry se muere de la risa cuando oye todas las interpretaciones sobre su nuevo tatuaje, ese situado en su muñeca izquierda, que besa (o huele) cuando marca. Discretamente, y sólo unos segundos, Titi lo muestra. "Pero no tiene nada que ver con un amigo, ni con mi hija ni con nada de lo que se ha dicho, es una cosa privada, el tatuaje me lo he hecho para mí". Henry se divierte con la situación tanto que -tras bromear con el fotógrafo, que obliga a la estrella a posar como Spiderman-, se despide con el gesto de la muñeca en la nariz. "Ja ja ja".